
3 octubre / 8 diciembre 2015
Daniel García Andújar en ˝Artefactos˝
Daniel García Andújar participa en ˝Artefactos˝, en el Centro de Holografía y Artes Dados Negros, con su obra:
El Capital. La Mercancía. El Dinero.
54 fotografías digitales de 13 x 18 cm, 2015
“La mercancía es, en primer término, un objeto externo, una cosa apta para satisfacer necesidades humanas, de cualquier clase que sean” —Karl Marx, El Capital
En pocas décadas, Internet se ha extendido de forma prodigiosa llegando a tener un impacto profundo en el mundo laboral, el ocio y el conocimiento a nivel mundial. Pero no todo el contenido de las redes está al alcance del público en general. Existe una Internet profunda, una Internet invisible y hasta una Internet oscura que sólo está al alcance de unos pocos. Hay contenidos de Internet que no forman parte del Internet superficial, es decir, de las páginas indexadas por las redes de los motores de búsqueda de la red.
Coexiste toda una colección de redes y tecnologías usadas para compartir información y contenidos digitales que está ˝distribuida˝ entre los distintos nodos y que trata de preservar el anonimato de las identidades de quienes intercambian dicha información, es decir, persiguen el anonimato del origen y el destino cuando se produce la transferencia de información.
Redes superpuestas que pueden usar protocolos y puertos “no estándar” sobre la red subyacente y que operan aparte de las redes públicas sobre las que se montan, sus contenidos se mantienen inalcanzables para el público en general de la red subyacente (son privadas). Para acceder a estas redes y sus contenidos es necesaria cierta información adicional, la cual puede ser compartida por un grupo restringido de personas y se necesita ejecutar un software específico.
Por esta dificultad de acceso los motores de búsqueda no suelen buscar en estas redes, permaneciendo sus contenidos invisibles para la mayoría de usuarios. Estas redes y tecnologías además de ocultar el origen y destino de la información deben también ocultar la identidad misma de los miembros de la red.
Debido a la búsqueda del anonimato de las entidades comunicantes, es habitual que este tipo de redes hagan un uso intensivo de algoritmos criptográficos. Por ejemplo, es frecuente que la información (tanto cuando está almacenada lista para ser compartida, como cuando está siendo transferida) esté cifrada para que si alguien captura algún dato sea difícil que lo interprete y además, si alguien pide rendir cuentas sobre el contenido, simplemente se niegue.
Estas redes y tecnologías se preocupan de la protección de la privacidad persiguiendo el anonimato de las entidades que se comunican creando una especie de ‘zona de libre información’ donde cualquier tipo de restricción legal carece de sentido porque es inaplicable, debido a que no se puede identificar ni el origen ni destino de las transferencias de información, o no se sabe el contenido de la misma, o incluso si ha habido algún tipo de transferencia de ésta. Por tanto no es posible ninguna forma de vigilancia o control.
Pero esta web underground también está asociada con todo tipo de actividades ilegales o disidentes, o bien para dar soporte a movimientos clandestinos. En uno de estos foros Daniel G. Andújar se infiltró durante unas semanas tratando de comerciar con todo tipo de materiales ilegales (billetes falsos, drogas…) sorteando a criminales, extorsionadores y un insultante gran número de pederastas.
Daniel García Andújar
(Almoradí, Alicante, 1966). A través de intervenciones en el espacio público y de un uso crítico de los medios digitales y de las estrategias comunicativas de las corporaciones vinculadas a los mismos, Daniel G. Andújar ha desarrollado una producción teórica y artística que bascula entre el territorio de lo real (la ciudad) y el de lo virtual (la Red), todo ello partiendo de la premisa de que al evidenciar/diseccionar las conexiones que existen entre ambos, se puede contribuir a visibilizar las desigualdades que en un contexto como el actual generan las relaciones sociales y de poder.