
7 octubre / 10 diciembre 2023 / Colectiva
Almudena Lobera en Contratiempo
Almudena Lobera participa en Contratiempo, en el Centro de Holografía y Artes Dados Negros, con sus obras:
Cartellino
(2018) Escultura. Resina, polvo de mármol y fibra de vidrio sobre piedras. 20 x 30 x 22 cm
La obra reproduce en el espacio expositivo el cartellino que Velázquez pintó en la esquina inferior derecha del cuadro La rendición de Breda (1634-1635) y que se encuentra en el Museo del Prado. Velázquez pintó estos cartelitos en algunos de sus cuadros como homenaje a El Greco que seguía esta tendencia inventada por los italianos y muy difundida al resto de Europa. Los «cartellini», papeles pintados de modo ilusionista dentro del espacio del cuadro, reservaban un espacio para un texto o la firma, dándole a ésta un lugar en la escena representada. Velázquez continuó una larga tradición, pero introdujo una novedad al dejarlos completamente en blanco. Hoy se interpreta que tal vez el artista quería hacer ver que no necesitaba firmar sus obras porque nadie más que él podía pintar así. La pieza es un homenaje al artista creador de escenas tras el cuadro, de espacios virtuales y de gestos conceptuales, convirtiendo en pequeño monumento de mármol el lugar a pie de cuadro donde reposa su firma invisible y haciendo que éste conviva tridimensionalmente en nuestro espacio contemporáneo.
Desvelaciones
(2010) Obra gráfica 4 fotograbados sobre papel Hanhemülhe gofrado (matrices de polímero, estampación en hueco, a una tinta). Texto en impresión digital con tintas pigmentadas. 46 x 38 cm cada una
Desvelaciones está compuesta por una serie de imágenes inspiradas en una estética decimonónica relacionada, por un lado, con la fotografía de lo oculto y lo invisible, y, por otro, con la tradición de la imaginería clínica vinculada con el ámbito de la psiquiatría. Imágenes que, en ambos casos, se relacionaban con todo aquello que se hallaba más allá del universo material –el aura y los espectros, pero también el inconsciente– y escapaba al registro de la mirada.
Partiendo de esos patrones, la obra de Almudena Lobera propone una reflexión sobre las dimensiones que trascienden lo visible, algo que se aprecia desde la propia ocultación de los cuerpos tras el velo, hasta el aura imperceptible que deja el movimiento.
Estas imágenes del des-velamiento se dirigen en última instancia a una dimensión sensorial que sobrepasa el sentido de la vista y que se sitúa en el ámbito psíquico del inconsciente. Un ámbito donde también la temporalidad es diferente a la de la vida cotidiana. Allí, como demostró Freud, los tiempos se condensan y los espacios se entrecruzan.
El uso del anacronismo es observable en la manera que se trabaja aquí con una estética y un imaginario que está literalmente “fuera del tiempo”, pero que aparece ahora de un modo “espectral”. Imágenes que vienen de otro tiempo para perturbar y desorientar el presente. Esto último se encuentra literalmente plasmado bajo cada una de las imágenes a través de alusiones textuales a patologías psíquicas vinculadas con el ámbito de la orientación y la percepción.
La imagen (el fantasma, la sombra, el eco, el reflejo… la huella de otro tiempo) aparece, pues, como síntoma de algo que no ha sido superado del todo y que vuelve una y otra vez para perturbar, desorientar, inquietar, con-mover y hacernos perder pie, cuestionando en todo momento las certezas heredadas. Se trata de una perturbación del orden racional.
Una asincronicidad y una espectralidad que trabajan para desestabilizar el orden material de las cosas, mostrando la existencia de realidades inmateriales (lo imperceptible, lo infraleve duchampiano) que trastornan y subvierten la estabilidad de lo visible.
Por pervertir la frase de Georges Didi-Huberman, aquí “lo que no vemos” (pero, sin embargo, intuimos o sentimos) es lo que nos mira, lo que tiene una presencia más allá de la vista como algo claro y delimitado. Se trata de proponer una visibilidad alternativa, donde ver un poco, ver la mitad, o apenas ver, es también ver. Un “videre in abscondito”, como sugería Jacques Derrida: ver en lo escondido, en el secreto, en lo oculto. O lo que es mismo: ver a través de lo invisible.
—Miguel Ángel Hernández Navarro
Memoria no volátil
(2018) Lentes de contacto desechables usadas por la artista durante un mes sobre una reproducción de una escultura clásica de escayola
“La bella forma corporal en el arte griego siempre va acompañada del ojo ‘sin vista’, la mirada en blanco” —Hegel
“Un fragmento del rostro de una escultura griega que nos observa a través de las lentes de contacto desechables que la artista ha utilizado durante un mes. Esas lentes han almacenado treinta días irrepetibles de visión de Lobera, han funcionado como pequeños tamices circulares filtrando la realidad desde sus ojos. Y ahora nos miran, transparentes, desde la frialdad inanimada y blanca.
—Isabel Abascal
Almudena Lobera (Madrid, 1984) trabaja diferentes medios: desde dibujos a esculturas, instalaciones, pinturas, proyectos site-specific, situaciones ficticias documentadas… Reflexiona sobre la construcción de formas de acceso a la visión. Propone otras formas de ver lo que permanece oculto o en estado alejado de lo visual, considerando el espacio y el espectador como elementos activadores y alterando la lógica establecida en la percepción, la representación y la lectura.
En su obra siempre ha existido un constante interés por los estudios visuales, reflexionando sobre lo invisible, lo oculto, lo inadvertido o lo intangible y su materialización. En los últimos años Almudena Lobera se ha centrado en proponer experiencias en el espacio que conecten el mundo analógico tradicional con el virtual contemporáneo; llevando los lenguajes digitales al mundo artesanal y las dinámicas de pantalla al espacio expositivo. Lobera considera la obra de arte como una realización objetual consciente. Le interesa destacar el contradictorio objeto no funcional que es la obra de arte en el actual periodo de desmaterialización o digitalización, así como conectar el legado del pasado y la influencia de la historia con las cualidades efímeras y virtuales de la imagen en nuestra época.
Comenta Marta Ramos Yzquierdo: «A través del estudio de tres coordenadas -espacio, tiempo y sujeto/cuerpo- sus trabajos se centran en entrelazarlos en una narrativa, con un contexto y un lenguaje propios, cuestionando la relación entre la realidad y la imagen postproducida».
“Almudena Lobera lleva años investigando sobre la capacidad de la percepción humana y su relación con la construcción de estructuras biopolíticas, económicas y socioculturales. A través del estudio de tres coordenadas: espacio, tiempo y sujeto/cuerpo, sus trabajos se centran en la articulación de una narrativa entre ellas, con su contexto y con su lenguaje. Una reflexión sobre cómo percibimos visualmente un objeto, su materialidad, encuadre y marco que definen el espacio y tiempo en el que están. Lobera cuestiona la relación entre realidad e imagen post-producida. Nos descubre los dispositivos que la conforman revelando la configuración de lo visible, incluso antes de que se forme retinianamente. También cuestiona los medios que se establecen socialmente en su comprensión, creación y organización: el texto y su narrativa, la historia y sus enunciadores, o los agentes y sus jerarquías” —Marta Ramos-Yzquierdo